viernes, 15 de octubre de 2010

Cadillac...todo un clásico


Elvis Presley, Frank Sinatra , Dean Martin y tantas otras figuras del espectáculo tuvieron la oportunidad de disfrutar esta espectacular joya del automovilismo de EE.UU. Por algo ellos los prefirieron y es que, sin duda, un CADILLAC tiene una mística especial que lo convierte en un objeto de deseo, sin importar el paso de los años. Para poder entender lo que sucede debemos remontarnos al año 1900 en la localidad de Detroit, en donde un individuo llamado Henry M. Leland tuvo la posibilidad de pasar de los sueños de fabricar un automóvil a la realidad. En aquel entonces ya existían varios fabricantes de automóviles de la talla de Ransom Eli Olds, Buick y Ford, por señalar algunos. Leland, a los cincuenta y siete años, logró convencer a cuatro importantes banqueros de Detroit para construir la "CADILLAC AUTOMOBILE COMPANY".


Antoine de la Mothe Cadillac fue el explorador francés que en 1701 había fundado Detroit. Leland bautizó con aquel nombre sus automóviles, asegurándose que llegarían a explorar y descubrir, antes que todos, muchos recovecos del progreso técnico, hasta llegar a ser tan o más famosos como lo fuera el legendario hombre del siglo XVIII.
En 1901 Henry Ford atravesaba una grave crisis: había roto las relaciones con sus socios y sus talleres estaban en venta. Leland se quedó con ellos, y en Diciembre del año 1902 salían de los mismos los primeros CADILLAC con motor mono cilíndrico de 6 HP.
Ya desde que empezaron a circular los primeros coches, se vio en seguida cual iba a ser el estilo de la Casa: todo era flamante y bien acabado, estudiado y hecho con gran esmero. En una palabra: "lujoso". La Cadillac, en sus 102 años de existencia, ha producido siempre coches suntuosos: fue la primera en introducir las más estupendas y cómodas innovaciones tales como el encendido eléctrico del motor (1904), o el dispositivo anti-robo (1905). Los motores eran construidos con extraordinaria meticulosidad, por lo que gozan de una calidad a toda prueba.
Habiendo pasado a formar parte de la GENERAL MOTORS en 1909, la Cadillac fue de las primeras en adoptar la lubricación por circulación forzada, y en montar motores de 8 cilindros en V refrigerados con agua, y se han distinguido siempre por el buen gusto de las líneas de sus carrocerías. Aunque han pasado los años, hoy en día al igual que en sus inicios, Cadillac es la marca representativa de las tradiciones de lujo del grupo General Motors.
En 1917 Henry Leland, a los 74 años, dejaba los talleres, estaba satisfecho; había comenzado después que sus competidores pero había logrado recuperar con creces el tiempo perdido. Así, Cadillac sería reconocido en todo el mundo no por construir automóviles, sino por el lujo y fastuosidad de estos.


Y hablando de lujo y fastuosidad les presentamos este ejemplo vivo de lo que relatábamos: el "Cadillac Coupé de Ville" de 1960. Esta joya representa el ocaso de las aletas tipo Jet de los Cadillac, que reinaron entre fines de los años '50 y principios de los '60. Aún siendo un "Cadillac", este modelo posee el look deportivo de un sin pilares de dos puertas, lo que acrecienta aun más su belleza y elegancia.
Este auto llega a nuestro taller en condiciones relativamente buenas, aunque de todas formas hubo de realizarse un complejo y extenso trabajo.

En principio, comentaremos la parte mecánica que se restauró por completo: Este Cadillac posee un motor de ocho cilindros en V de 390 ci., capaz de desarrollar 325 HP, lo que lo hace un motor bastante potente para la época. A este big block se le importaron desde USA todos los repuestos de motor (www.kanter.com), incluyendo anillos STD., metales de biela 0.40", metales de bancada 0.30", metales de leva STD., el kit de cadena, piñón de levas y cigüeñal para la distribución, todos lo taqués nuevos, bombas de aceite y bencina nuevas, kit de reparación de carburador y, por supuesto, el imprescindible kit completo de empaquetaduras.


De este modo, el motor quedó funcionando de maravilla. La transmisión está a cargo de una Jetaway de 4 velocidades, que fue también reparada con el kit original.

Marca: CADILLAC
Coupé de Ville 2dr. Hardtop.
Año: 1960
País origen: USA
Motor: V8 de 390 ci - OHV
Potencia: 325 hp @ 4,800 rpm.
Torque: 440 ft. lbs
Transmisión: Automática Jetaway
Carburador: Carter modelo AFB de 4 barrels
Propiedad: Particular
Restaurado por: Restauraciones Orellana.


Es muy importante, como he mencionado en otras ocasiones, la originalidad de los repuestos, ya que con esto podemos evitarnos futuros dolores de cabeza.
La dirección fue también revisada: Bomba hidráulica y caja de dirección fueron objeto de un overhaul completo, y en términos generales, todo lo mecánico fue desarmado y vuelto a armar con la correspondiente mantención en cada caso.

Otro aspecto importante fue el de los frenos, pues este coche está equipado con unos enormes frenos de tambor, además de su servofreno (el conjunto llamado "Power Brake"), para darle una calidad de frenado acorde a su tamaño y potencia. Todo esto no tendría sentido sin los inmaculados neumáticos radiales Cooker Classic con banda blanca de 2 7/8" aro 15, y su centellante tapa de acero inoxidable con la insignia Cadillac al centro.
Esta enorme nave de más de seis metros de largo y más de dos de ancho, posee una gran cantidad de equipamiento y detalles de lujo que lo hacían un coche muy exclusivo y de un precio muy elevado, incluso en USA. Ejemplo de ello es su sistema eléctrico, que incluye asientos que se pueden ajustar en varias posiciones, vidrios, maleta eléctrica de cierre automático, indicador de apertura en el tablero, comando de velocidad crucero, encendedores para todos los pasajeros, aire acondicionado, radio a tubos y reloj horario (ambos artefactos fueron también restaurados), en fin, un gran número de detalles que sin duda lo hacen merecedor del sitial de "Joya del Mes".
Punto aparte es su tapicería, que fue confeccionada con el diseño de fábrica y en los mismos materiales que ocupó el fabricante en aquellos años: vinilo y tela. Cabe destacar que hasta los broches cromados fueron restaurados uno por uno, los que en conjunto realzan el diseño del tapiz. Sin lugar a dudas el rojo y negro proporcionan un look fastuoso y notoriamente retro (toda la tapicería fue hecha en Chile, en el taller de Restauraciones Orellana). Quizá no puedo en tan cortas líneas hablar del enorme trabajo que significó el auto, sin embargo el resultado, gracias a la bondad de Dios, es excelente.



Tener la oportunidad de restaurar estos clásicos fue, para el equipo de Restauraciones Orellana, muy gratificante. Aún más, poder después disfrutarlos y verlos rodar como lo hicieron hace tanto tiempo es prácticamente un sueño hecho realidad, como viajar en el tiempo, o entrar a una película de antaño donde el Rock and Roll y las figuras del cine nos evocan un mundo ficticio e inalcanzable.

Tomás Orellana Cornejo
Good luck!!!

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