miércoles, 28 de septiembre de 2011

Juguetes, tesoros de la infancia.






Durante la primera semana del mes de Septiembre, tuve el privilegio de asistir a una espectacular muestra de juguetes de fabricación chilena, en el Centro Cultural Palacio de La Moneda en la ciudad de Santiago de Chile. Este se encuentra en el subterráneo de la casa de gobierno. Cuando llegué a la Capital me propuse asistir a esta muestra para deleitarme en algo que me agrada muchísimo, como lo es, los juguetes de antaño. Obviamente tengo que compartir con ustedes las maravillas que observe. La muestra reúne peluches, autos, trenes, aviones, muñecas y soldaditos de plomo fabricados en Chile que, junto a otras 600 piezas pertenecientes a la colección privada de Juan Antonio Santis, recorren seis décadas, desde 1915 a 1975. Objetos que nos muestran la creatividad de los fabricantes y la transformación de modelos extranjeros para convertirlos en iconos de Chile.
Los juguetes nos acompañan cuando niños y son parte entrañable de esos recuerdos que deseo invitarte a revivir, no importa el país donde vivas, ni tu origen, los juguetes no tienen frontera, ya que son parte de todos los niños del mundo. Uno de los juguetes más destacados de la muestra es un oso de papel maché fabricado en 1915 y que es el más antiguo de la exposición. Además resaltan juguetes únicos como una figura del personaje chileno Condorito, fabricado en 1965, un camión de repartición de gaseosas del año 1955 de Orange Crush y El Pequeño Arquitecto de 1937, un juguete de madera que muchos abuelitos desearon tener, con el cual ellos pasaban horas construyendo casas de juguete.


Haciendo un poco de historia, en el año 1896, comienza la fabricación de juguetes en la Casa Lama, la cual publica en la prensa local sus primeros artículos. No obstante, en Chile también llegarían los espectaculares juguetes europeos, especialmente de Alemania, Francia e Inglaterra. Algunos años después estos países entrarían en conflicto, lo que promovería el desarrollo de la industria nacional, potenciando la apertura de pequeños talleres de juguetes de madera y cartón. Esto ocurriría tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial.
Durante el año 1934, se inicia la producción de los trenes eléctricos Doggenweiler. Esta fábrica sería la rival a menor escala, de la famosa marca de locomotoras Márklin, alemanas. Diez años más tarde en la ciudad de Punta Arenas, inicia sus actividades Gastón Cuadrado Ubilla, convirtiéndose en la fábrica de juguetes más austral del mundo. Los famosos soldaditos de plomo de la firma AOC comienzan a publicarse a la venta en el año 1945. A finales de los años 40, la fábrica de Juguetes Ardilla lanza el famoso auto-bólido, accionado por una banda elástica.


En la ciudad de Santiago, en pleno centro, existe la afamada Juguetería Alemana, que es propiedad de Juguetes Teba, este proyecto se inicia en 1960 y continua vigente. Lamentablemente a finales de los años 70 las fábricas de juguetes chilenos comienzan a ver decaer sus ventas a consecuencia de las crecientes importaciones.
Amigos, este fue un pequeño resumen de la historia de los juguetes de fabricación chilena, los cuales pertenecen al patrimonio cultural de nuestra querida América. Elaborados juguetes de metal, madera o papel, o bien piezas de simple manufactura, no importa, todos ellos entregaron a miles de niños a lo largo de un siglo, alegría y el sueño de un mundo mejor.

Tomás Orellana Cornejo
Good luck!!!













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