viernes, 30 de julio de 2010

Hot Rod Magazine...un clásico



Al comienzo de la década de los 40 los Hot Rod ya eran muy populares entre determinados sectores de entusiastas de la zona de Los Ángeles, pero el inicio de la guerra había hecho que muchos de ellos fuesen llamados a filas. Sin embargo y, pese al inconveniente que esto suponía para el desarrollo del fenómeno, hubo dos circunstancias que evitaron su desaparición y sentaron las bases para que, al término de la contienda, resurgiese con mayor ímpetu: la afluencia a los cuarteles de California de soldados de otras zonas del país en tránsito hacia el Pacífico y la publicidad que, del mundillo, les hacían sus compañeros de la zona. Descubrir un Hot Rod atronando por las calles era algo muy atractivo para casi cualquier joven combatiente.


Una vez sembrada la semilla, solo era necesario esperar a que germinase y en 1948 entran en escena Robert "Pete" Petersen y la revista Hot Rod.

La paz trajo una etapa de bonanza económica, los jóvenes veteranos habían madurado, regresaban a casa imbuidos del espíritu que les había ayudado a ganar la contienda, muchos de ellos con los conocimientos mecánicos adquiridos en el ejército y con tiempo y dinero de sobra. Esa energía y tenacidad ayudó a que los Hot Rod renaciesen en California del Sur con más fuerza que nunca y allí estaba la revista de Pete Petersen para recoger el testigo de Throttle Magazine y ayudar a difundir el fenómeno por todo el país.

Hot Rod, que ofrecía información de las novedades en material y métodos para mejorar el rendimiento y modificar carrocerías, estaba por tanto en disposición de influir en la adopción de medidas de seguridad y ayudar a la organización de carreras en recta y ferias del automóvil, escaparates perfectos para los fabricantes de piezas y los talleres.
Según transcurre la década los Hot Rod van pasando de ser una mera afición a convertirse en un estilo de vida; los adolescentes de la posguerra estaban descubriendo la libertad y relevancia social que les daba el conducir un automóvil único por las calles del centro de la ciudad.
Muchos de los estilos e innovaciones nacidos en los 40 y desarrollados en los 50 iban a cambiar radical y definitivamente no solo la forma en que los aficionados al automóvil empleaban su tiempo libre sino, incluso, su actitud ante la vida.

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